La violencia es un problema social que obstaculiza la equidad pues interfiere con el derecho que toda persona tiene a vivir en un entorno social que propicie su desarrollo personal y social, según expresado por la Sra. Mayra L. Díaz Garced en un ensayo que forma parte de la Serie de Trabajos Investigativos en Curso (STIC), publicado por el Centro para el Desarrollo del Pensamiento Ético de la Oficina de Ética Gubernamental de Puerto Rico (2012). El maltrato a menores es una de las modalidades dentro del maltrato a personas.
Según cita Díaz Garced en su escrito, “la violencia contra los niños y niñas incluye el abuso y el maltrato físico y mental, el abandono o el tratamiento negligente, la explotación y el abuso sexual. La violencia puede ocurrir en el hogar, las escuelas, los orfelinatos, los centros residenciales de atención, en las calles, y en lugares de trabajo, entre otros. Esto afecta la salud física y mental de los niños, perjudica su habilidad para aprender y socializar, y, más adelante, socava su desarrollo como adultos funcionales y buenos progenitors y, en algunos casos, [causa] la muerte” (Díaz Garced, 2012, UNICEF, 2006).
Por definición (Díaz Garced, 2012), el maltrato a menores es toda conducta de un adulto que por acción u omisión lesione el desarrollo físico, psicológico o sexual de un niño o niña. Por lo tanto, el maltrato contra la niñez se manifiesta en la acción de golpear o insultar a un niño(a), como también constituye maltrato no darles su medicina cuando la necesitan o no cuidarlos de los peligros. Una definición más completa se encuentra en Ley Núm. 177 de 1 de agosto de 2003 en su Artículo 2 inciso (r).
La Sra. Díaz Garced cita a Maldonado Santiago (2007), donde presenta que se han identificado por lo menos seis tipos de maltrato a menores. Estos son el maltrato físico, la negligencia, el maltrato emocional, la explotación, el maltrato institucional y el abuso sexual.
El maltrato físico contra un niño(a) es cuando el adulto le ocasiona lesiones en su cuerpo, ya sea con las manos, los pies o utilizando diferentes objetos exponiéndoles a situaciones de peligro físico, como un método para lograr que el niño(a) obedezca. Este tipo de maltrato en los niños(as) se traduce por un lado en inseguridad, timidez y sumisión, depresión, ansiedad, pobres relaciones sociales; y, por otro lado, rebeldía, agresividad, desconfianza, conducta antisocial, entre otros.
Según Maldonado Santiago (2007) “hay dos clases de maltrato emocional: 1) negligencia emocional, que se refiere a la falta de proveerle al niño el apoyo y el afecto necesario para que desarrolle una personalidad saludable; 2) abuso emocional, que se refiere a las actitudes o actos que realiza un padre o madre que resultan perjudiciales para el desarrollo del niño. Algunos ejemplos de este tipo de maltrato incluyen las críticas fuertes, ridiculizar y avergonzar al niño o niña, tratarlo de forma diferente que al resto de la familia, entre otras”.
Díaz Garced (2012) menciona que el abuso sexual es una de las modalidades más preocupantes del maltrato a menores. Como abuso sexual se incluye: “cualquier tipo de penetración, roces o caricias de órganos genitales en contra de la voluntad, o toque de los órganos genitales del abusador y cualquier acción que inste al menor a presenciar contenido sexual impropio”. Por ejemplo, observar al adulto desnudo o mientras mantiene relaciones sexuales con otras personas, ver material pornográfico o asistir a conversaciones de contenido sexual.
Para más información sobre el ensayo “Maltrato de menores: Un problema de todos”, favor seguir el siguiente enlace: